Desde este momento, la acumulación de las energías que dominarán el aura de la Tierra en el futuro cercano dependerá de cada uno de ustedes.
Cada servicio de ustedes al prójimo reduce la probabilidad de un nuevo cataclismo
YO SOY el Señor del Mundo Gautama Buda, habiendo venido a ustedes a través de esta mensajera.
HE venido a informarles acerca de ciertos eventos que han ocurrido y van a ocurrir en el planeta Tierra.
Saben que en este período de tiempo yo mantengo el puesto de Señor del Mundo y este puesto tiene como intención mantener el balance del planeta Tierra.
Muy recientemente, al final del año 2003, la Tierra se encontró con una difícil situación. Una serie de cataclismos colosales iban a ocurrir debido a la imposibilidad de balancear las energías negativas de la humanidad. Sin sospechar nada, la humanidad siguió disfrutando de las fiestas de la vida.
A la gente no le interesó mucho las profecías y predicciones que dimos. La brecha de balance energético era de tal magnitud que podía llevar aún a la completa ruina de la civilización en la Tierra.
Pero ¿por qué no pasó nada? Pueden hablar de un milagro, pueden decir que las profecías no se volvieron realidad. Sin embargo, no hay milagros en la forma en que ustedes los entienden. Cada milagro se tiene que pagar.
Si el denso círculo de la energía que envuelve al mundo no permite su transmutación, y si no hay suficiente poder de las energías de Luz que pueda balancear el predominio de negatividad en el planeta, se debe hacer un intento para restaurar la estabilidad necesaria.
Saben que predijimos con anterioridad los eventos por venir relacionados con las series de catástrofes globales. Y nos estábamos preparando para esos eventos. El regalo de la llama violeta entregado a la humanidad al final del siglo pasado fue uno de los factores que ayudó en el balance. Y si la llama violeta hubiera sido usada de acuerdo con nuestros planes, el peligro de los cataclismos hubiera podido ser evitado por completo.
Pero saben que no ocurrió. Y en el año 2003 el mundo estaba al borde de la destrucción. Ahora les puedo decir esto. Pero ¿qué pasó en realidad? ¿Por qué no hubo cataclismo, o al menos no uno que amenazara la civilización existente?
Como Señor del Mundo, cuyos deberes principales incluyen el mantenimiento del balance de este planeta, sacrifiqué todos mis cuerpos y mis ímpetu de logros. Yo entregué en el Altar todo lo que forma mi individualidad.
Pero ya que el ímpetu de Luz que tenía era inmenso, este ímpetu fue suficiente para evitar el cataclismo.
Pueden preguntarme por qué era necesario hacer tal sacrificio.
Saben que el alma humana es inmortal y que la humanidad puede continuar su existencia en el plano superior de este planeta.
Amados, la mayoría de la humanidad no está lista para existir en el plano superior. Es por esto, que siendo despojado de su plataforma física, pudo haber atrasado su evolución del Plan Divino provisto por millones de años. Por lo tanto, mi sacrificio estaba absolutamente justificado y fue hecho.
Tienen una oportunidad de vivir.
Sin embargo, la misericordia de Dios no tiene límites y debido a la decisión de la Junta Kármica del Gran Sol Central, todos mis cuerpos fueron restaurados de acuerdo con la matriz de mi corriente de vida. La energía del cuerpo causal del amado Sanat Kumara fue tomada para la restauración de mis cuerpos.
Me elevé como un Fénix y tuve una oportunidad de servir a todas las criaturas vivientes del planeta Tierra otra vez. Todos los milagros que ocurren en este universo sólo pueden ser posibles a través del auto sacrificio y el servicio a toda la Jerarquía de Seres de Luz, y cada Ser que está en un nivel de evolución de conciencia más alto, está listo para sacrificarse por el amor y la compasión hacia las criaturas vivientes que se encuentran en los peldaños inferiores de su evolución.
Les he dicho esta historia para hacerlos pensar en sus acciones. Cada uno de ustedes puede contribuir con su propia pizca para formar la densa capa de energía negativa. Y cada uno de ustedes puede contribuir para disolver esta capa que rodea al planeta Tierra. Todo depende de ustedes, amados. Ven que los Cielos hacen lo mejor que pueden. Pero ¿han pensado alguna vez que puede haber límite para la misericordia Divina?
He venido a decirles que el ímpetu de Luz que sacrifiqué para estabilizar la situación en la Tierra ha agotado su potencial energético. Desde este momento, la acumulación de las energías que dominarán el aura de la Tierra en el futuro cercano dependerá de cada uno de ustedes.
Para prevenir una gran tensión en el futuro que pueda llevar a un cataclismo global, hemos decidido acordar a cataclismos más pequeños tales como los terremotos en el sur de Asia y el tsunami causado por este terremoto al final de diciembre del año pasado.
Es por esto que cada vez que ocurran cataclismos naturales,calamidades naturales, catástrofes tecnológicas, guerras, actos terroristas, explosiones sociales o condiciones climáticas extremas durante este y los siguientes años, que sean un recordatorio para ustedes acerca de la difícil situación del planeta Tierra y acerca de la responsabilidad que cargan por el futuro de este planeta.
Estoy consciente del hecho de que mucha gente en la Tierra es incapaz de entender el vínculo entre sus acciones, pensamientos y sentimientos y los cataclismos que ocurren. Sin embargo, la ley que gobierna este universo se extiende para este planeta también.
Aquellos de ustedes que tienen una conciencia más avanzada deben servir a los individuos que todavía no alcanzan el nivel de comprensión de la interconexión cercana entre todo lo que existe en este planeta.
Es por esto que en estos dictados les recordamos una y otra vez acerca de la responsabilidad de sus pensamientos, sentimientos y actos, por todas las acciones que realicen en sus vidas, por el gasto de cada gramo de energía Divina. Y como siempre, la mayor parte del trabajo y responsabilidad de la estabilización de la situación en la Tierra se posa sobre aquellos que poseen un nivel de conciencia más alto.
He venido a ustedes en este mes de Vesak, cuando no sólo los Budistas, sino la gente de muchos países del mundo celebran mi cumpleaños, mi Iluminación, y mi unión con la Luz Eterna.
Ahora pueden añadir a estos eventos el día de mi nuevo nacimiento cuando recibí una oportunidad de continuar mi servicio a la humanidad gracias a la misericordia mostrada hacia mí y el patrocinio y ayuda dados por Sanat Kumara, mi Gurú eterno y mi Maestro más cercano.
Espero que el espíritu de ayuda mutua, apoyo y servicio siempre prevalezca en sus comunidades.
Cada unos de sus actos de servicio al vecino, servicio a todas las criaturas vivientes, elevan las vibraciones del planeta Tierra y reduce la probabilidad del próximo cataclismo amenazador.
Juzguen su progreso espiritual no por la cantidad de horas que pasan orando y meditando. Juzguen su progreso espiritual por la ayuda que den a todas las criaturas vivientes, incluyendo a la gente, animales y plantas. Juzguen su progreso espiritual por aquellos pensamientos y sentimientos que dominan su conciencia.
Estos serán los frutos por los que Jesús dijo serán juzgados.
Me voy de ustedes.
YO SOY quien está en paz. Gautama.
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