Algunos países padecerán más que otros, pero que esto no exime a ningún país del padecer. Como Humanidad, somos responsables del destino que acarreamos.
ENTRE EL “YA” Y EL “TODAVÍA NO”…
POR LUZ DE MARÍA
Tenemos que mirar más allá de donde llega nuestra vista y para esto es necesario mirar hacia el interior de cada uno, no ejercer juicios o prejuicios hacia los demás, sino por una sola vez, mirarse hacia adentro verdaderamente, sin máscaras ni disimulos.
Quizá cuando suceda esto en cada ser humano, se va a sentir la ausencia de Dios en la vida, en el obrar y actuar personal y por ende, en la Humanidad. Y entonces se dejará de lado la mentalidad del hombre actual, en donde se recuerda a Cristo como el que pasó y no al Cristo actual, El que vive y palpita en cada creatura humana. El Cristo que padece, que se entrega continuamente, pero sobre todo el Cristo que no vino a abolir la Ley o los Profetas, sino vino para cumplir la Ley: Los Mandamientos que Dios Padre entregó a Moisés en el Sinaí.
La Humanidad en gran parte ha elegido ignorar el Amor Divino e instaurar la ley del libertinaje, olvidando que el hombre hace uso de su libre albedrío y Dios permite el uso de ese libre albedrío y por ello no se puede culpar a Dios de los dramáticos sucesos que está padeciendo y padecerá la Humanidad.
En las Revelaciones que recibo, tanto nuestro Señor como nuestra Madre Santísima, nos han recalcado que el actuar del hombre atrae el bien o el mal dependiendo de cómo sea ese actuar y obrar. Por ello estamos mirando la fuerza de la Naturaleza desbordarse con ímpetu desmedido sobre la tierra y vemos que continuamente esta generación está asechada por el Sol, por los cuerpos celestes provenientes del espacio. El mal imanta al mal, como el bien imanta el bien.
En los Mensajes somos amonestados por la inconsciencia con que actúa el hombre. Somos llamados a un despertar espiritual dentro de una generación que no es precisamente espiritual, sino es portadora de un concepto de una falsa religiosidad “light”. Y nada más nefasto para el espíritu que un concepto que ha crecido estratégicamente de la mano del demonio: el pecado no existe, el infierno no existe, la Tierra es el lugar de expiación, Dios es Amor y por ello no castiga… Ante estos pronunciamientos el mal ha encontrado el camino despejado y el hombre, hijo de Dios, se pierde en el abismo de las permisiones.
En este instante la Humanidad se encuentra ante su punto más álgido y se quiera o no, esto es el resultado de una mala formación espiritual, del vivir del hombre por el hombre, de la generación dependiente de la ley de la selva, del individualismo, del egoísmo.
El hombre teme conocer lo venidero, pero no teme ser parte de quienes debilitan la paz de un país. La punta del iceberg la podemos mirar todos, pero no todos desean ser conscientes de ello y continúan viviendo sin enterarse de los conflictos internacionales a los que nos enfrentamos todos los seres humanos, porque todo el planeta padecerá las consecuencias de una guerra con el armamento actual.
Quienes somos conscientes de este instante y de cómo el Cielo nos alerta, tenemos una obligación espiritual y moral de ser un vocero de cuanto el Cielo indica. Hemos sido alertados de los estragos de la Naturaleza, pero sobre todo de los estragos que el hombre causa a la misma Humanidad.
El hombre actual no es una criatura humana que medite y examine los resultados nefastos del uso del armamento atómico y sus consecuencias sobre el planeta, es algo que no se puede seguir mirando como ficción sino como una realidad, una dramática y terrible realidad.
Nuestra Madre Santísima me compartió Su Palabra y me expresó que la Humanidad se encuentra amenazada más que en otro instante. Me explicó que el nivel de ira que ha absorbido el hombre se debe a que esto es lo que irradia la mayor parte de la Humanidad que está contaminada con sentimientos indebidos, desprendidos de la desobediencia a los mandatos Divinos en que vive y se ha transformado en maldad, denotando así la falta de discernimiento para que el hombre rechace el mal y quedando al descubierto la incapacidad de la creatura humana para sentir y vivir el Amor Divino.
Asimismo, dice nuestra Madre que el hombre es constantemente asechado por el mal en búsqueda de la ocasión en que una determinada circunstancia logre evidenciar el verdadero ego humano y se muestre la creatura tal cual es, con toda su humanidad. Las reacciones humanas no son otra cosa que la señal del grado de espiritualidad que posee el hombre.
Me explicó nuestra Madre Santísima que el demonio toma en sus manos la maldad humana, la multiplica y la dirige hacia las mentes de las creaturas que creen ser poderosas y no necesitar de Dios para que la inteligencia sea gobernada por las emociones y no por un debido razonamiento.
Fue explícita cuando me compartió sobre la economía mundial y la inestabilidad ante las constantes amenazas de unos países hacia otros. Pero me expresó que la economía no será más la misma, sino ya está siendo manipulada para implementar la moneda única y que se ha acelerado este proceso.
Muy dolida nuestra Madre mencionó que algunos países padecerán más que otros, pero que esto no exime a ningún país del padecer. Como Humanidad, somos responsables del destino que acarreamos.
Todos debemos de mantenernos atentos al acontecer mundial y ser forjadores de los medios para contrarrestar esa negatividad que emana la mayoría de la Humanidad. Sabemos que debemos orar, pero a la vez, tenemos la obligación de que esa oración no sea solo nuestra, sino sea una oración de praxis, de acción, alertando al hermano y a la vez despertando conciencias.
Desde que estamos en la Tierra, cada uno tiene deberes, no solo tenemos derechos, sino deberes que nos muevan a dejar de ser individualistas y pensar en el que tenemos a nuestro lado. Pensemos en que puede haber una criatura que quizá solo le falta una palabra para que tome conciencia del estado de su alma ¿y si no se da testimonio y no se predica, donde esta el ser discipulo de Cristo?.
La Naturaleza se muestra fuerte ante un hombre que la ha destruido, por ello en este instante la Tierra se encuentra en estado de emergencia ante un hombre que está causando su propia autodestrucción.
El Cielo nos ha mencionado y nos ha prevenido desde hace 25 años: si el hombre no cambia, la Creación le mirará como un extraño y se abalanzará en contra del hombre. Ya estamos viviendo esto, en uno y otro país, pero hasta que la purificación llegue a todos, hasta entonces todos reaccionarán.
Luz de María
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