A medida que nuestra comprensión del planeta se amplía, se vuelve urgente otro tipo de responsabilidad para los líderes
Buena Voluntad Mundial
Muchos sienten la tentación de retomar estilos de liderazgo adecuados a desafíos de décadas anteriores. Pero las viejas etiquetas e ideologías no pueden volver a aplicarse sin más en una época de creciente interdependencia, y recordar con nostalgia los antiguos métodos de resolver las cosas hace que sea más difícil reconocer las nuevas formas de liderazgo que están surgiendo. De ahí el clima de desesperación y la sensación errónea de que hay una carencia de visionarios prácticos preparados para liderar. De hecho, los numerosos canales de interconexión de Internet indican que las nuevas cualidades de liderazgo están emergiendo más rápida y fluidamente que nunca antes –por ejemplo, el Movimento Cinque Estelle en Italia, y Podemos en España.
Los líderes modernos se enfrentan a desafíos inmensos. En un mundo donde los pensamientos y opiniones de cada persona pueden compartirse tan libre y rápidamente, las estructuras institucionales de partidos políticos, corporaciones e iglesias tradicionales están bajo una presión considerable para ajustarse a las nuevas posibilidades. Se ha fomentado la búsqueda de poder y, en una época en la que las alianzas cambian con sorprendente rapidez - incluso quienes buscan liderar con los motivos más elevados - carecen de garantías en cuanto a la lealtad de sus seguidores.
Es más, ¿pueden estos seguidores confiar en que los medios de comunicación reflejarán una imagen honesta de los líderes? Los recientes acontecimientos respecto al referéndum del Brexit y la campaña presidencial de Trump han generado preocupación en cuanto a que la velocidad y facilidad de las comunicaciones digitales pueden emplearse para proyectar una confusa mezcla de desinformación y falsedad descarada. Cuando se combina con datos de perfiles de conducta online, los puntos ciegos psicológicos pueden captarse con una precisión alarmante. Sean empleadas por individuos, empresas o gobiernos, estas técnicas representan un inquietante asalto a la claridad de consciencia colectiva que la humanidad necesita para navegar hacia un futuro de correctas relaciones.
Y cuando los líderes logran adquirir poder, nos topamos con la eterna cuestión de cómo van a utilizarlo. ¿Van a mantener la visión que han presentado, a pesar de las dificultades? ¿O van a permitir que las fuerzas de resistencia inherentes a toda estructura institucional desvíen y diluyan sus esfuerzos? Y también: ¿aceptan humildemente el mandato que han recibido, como líderes que sirven no sólo a sus votantes, sino al grupo entero –una humildad que el Papa Francisco ha refrendado recientemente; o buscan ejercer el poder sólo para beneficiarse junto a los asociados de su elección?
Para poder confiar en los líderes deben rendir cuentas. Necesitamos estructuras transparentes para limitar a líderes visionarios fuertes si sus acciones se apartan de la visión declarada. En política, este papel lo desempeña el sistema legal y su custodio, el sistema judicial; y existen estructuras análogas en las empresas e instituciones religiosas sanas. Es más, a medida que nuestra comprensión del planeta se amplía, se vuelve urgente otro tipo de responsabilidad para los líderes: la que atañe a un amplio consenso científico. El ejemplo más evidente de esto se encuentra en el área del cambio climático.
En los artículos que siguen, se examina el liderazgo y las cuestiones que lo rodean desde numerosos ángulos. Esperamos que arrojen algo de luz sobre las formas en que las personas de buena voluntad de todo el mundo, y la dinámica voluntad-al-bien de quienes buscan liderar, pueden combinarse creativamente para conducirnos a un futuro mejor para todos.
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