El holocausto nuclear sigue siendo la amenaza más grave a la que nos enfrentamos.
Robock tiene una explicación al silencio que ha padecido esta teoría: "Negación —dice—. Es algo tan horrible que las personas no quieren pensar en esto. Es más fácil simular que no existe."
¿Lograremos comprender los urgentes llamados del Cielo y superar
nuestra adolescencia como especie o sucumbiremos al fuego nuclear?
En el siguiente mapa podemos observar la cantidad de centrales atómicas en existencias (casi 500), muchas (el 20 %) construidas en zonas potencialmente peligrosas debido a la actividad sísmica.
“invierno nuclear”
LAS CONSECUENCIAS CLIMÁTICAS DE UN CONFLICTO NUCLEAR
Alan Robock
Se estima que en la actualidad la raza humana guarda unas 26,000 armas nucleares
almacenadas en más de 111 lugares distintos repartidos por
14 países, lo que nos otorga el dudoso honor de tener la capacidad
para exterminarnos varias veces.
Se
han declarado oficialmente como potencias nucleares los
siguientes países : USA, RUSIA, CHINA, INGLATERRA, FRANCIA, INDIA,
PAKISTÁN, COREA DEL NORTE, y no oficialmente se reconoce ISRAEL,
se presume además que otros países tengan armamento nuclear no
declarado.
Mirando
estas cifras es difícil no pensar en la fragilidad de nuestra
"civilización". Más allá de crisis medioambientales y
económicas, el holocausto nuclear sigue siendo la amenaza más
grave a la que nos enfrentamos.
Alan
Robock, del Departamento de Ciencias Medioambientales, de la
Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, confirmó recientemente en
una conferencia junto a un equipo de prestigiosos
investigadores norteamericanos y rusos. la teoría del "invierno
nuclear"
...Las
ciudades arderían, durante semanas, e incluso meses, extendiendo
una vasta nube de cenizas que pintaría el cielo de negro. Los
hongos de las explosiones termonucleares elevarían nubes de polvo y
humo a altitudes estratosféricas donde permanecerían en
suspensión durante años, velando la luz solar. Las temperaturas en
la Tierra bajarían drásticamente a las pocas semanas. Por lo
menos durante uno o dos años la insolación sería débil. Tras este
desastre emergería un mundo helado y yermo en el que el 90 por
ciento de las cosechas 9 colheitas) mundiales se habrían malogrado
y la capacidad de generación de energía habría disminuido a más
de la mitad. Sin medios para calentarse, las ciudades se
convertirían en témpanos de cemento abandonados por la fuerte
hambruna subsiguiente.
No es la parodia del Apocalipsis, sino el mundo que validan los modelos científicos si estallara solo el 1 por ciento de las bombas atómicas que existen hoy en el planeta.
Bastaría un conflicto entre la India y Pakistán, dos países
que poseen armas de esa naturaleza, para que se hiciera realidad
la pesadilla que los investigadores han llamado "invierno
nuclear".
"Afortunadamente
tal teoría jamás se puso a prueba —dijo el científico, pero la
única garantía de que eso no ocurra en el futuro es que se
destruyan todas las armas nucleares. Mientras ellas estén
ahí, nos seguirán preocupando los accidentes, los malos cálculos y
la gente loca que pueda tener estas armas en su poder".
El calentamiento Global y la contaminación son problemas serios,
pero la mayor amenaza que gravita en estos momentos sobre la
especie humana son las armas nucleares". Y acto seguido muestra
estas dos imágenes. La primera, dice, es "nuestro hermoso
planeta". La segunda, lo que podría llegar a ser tras una
contienda nuclear: el humo cubriría la Tierra, bloqueando el sol,
haciendo de la superficie un páramo frío, oscuro y lleno de polvo.
Todo el auditorio se sobrecoge.
La
realidad es que hoy el arsenal nuclear tienen un poder explosivo
10 000 veces mayor que todas las armas utilizadas durante la
Segunda Guerra Mundial. Si toda esta cantidad de armas
disponibles hoy se divide entre los más de 6 000 millones de
habitantes del planeta —afirma Robock—, cada ciudadano tendría
derecho aproximadamente a 750 kg de TNT. "¿No es esto algo
loco?".
Aquí una foto de cómo quedó Hiroshima tras el ataque Nuclear, la bomba tenía 15 Kilotones que es tres millonésima del actual arsenal.
Los sobrevivientes recuerdan el fuego y el humo. ¿A dónde fueron todos los edificios y todas las casas? Pues
"se quemaron y se convirtieron en humo!".
Desafortunadamente tenemos ejemplos de que una explosión nuclear
produce fuego y destrucción a cientos de kilómetros a la redonda (
ao redor)", asegura.
Robock ejemplifica con otras pruebas nucleares, que confirman sus teorías. "En
nuestros estudios hemos llegado a la conclusión de que si llegan a
lanzar 100 bombas de 15 Kt —que equivale a menos del 1 por
ciento del arsenal nuclear del planeta—, morirían casi
instantáneamente 20 millones de personas debido a los efectos
directos. (y un número incalculable posteriormente). Serían
inyectados en la atmósfera 5 Teragramos de humo", afirma.
"La única forma de evitar esto sería deshacernos de las armas nucleares", concluye.
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